Desde hace sucesivas semanas estoy entrando en un estado de obsesion permanente. La transicion entre euforia-ansiedad es impecable e implacable, casi alucinatoria, semi aterradora, fantastica por momentos sombrios, pseudodramaticos por otros...
La ansiedad martilla la esperanza que descansa sobre un pañuelo de flores amarillas a la luz de la desvelada voluntad perezosa que duerme de reojo al borde de un abismo tan estremecedor como agustiante...
¿quien en su sano juicio no considera a la demencia como algo tan propio y natural en determinados momentos que nos hace tan normales...?
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